“BRILLEN EN TODAS TUS CONVERSACIONES LA HUMILDAD Y LA MANSEDUMBRE. LA LENGUA APACIBLE, DICE EL SABIO, QUEBRANTA LAS COSAS MÁS DURAS”. SJBLS

Las misiones de Semana Santa en este año 2018 se revistieron de una especial relevancia, por vez primera, en la ya vetusta historia de La Salle en Michoacán; las únicas dos obras asentadas en estas tierras de pescadores, decidieron hacer un trabajo cimentado en la fraternidad y el servicio.

La Salle Morelia y el Colegio Vasco de Quiroga unieron esfuerzos para el servicio de la misión, llenos de fe y fraternidad; aceptaron compartir la fe con la parroquia San Francisco  Tzintzuntzan de la Arquidiócesis de Morelia. Juntos y por asociación recibieron la encomienda de atender quince comunidades pertenecientes a esta parroquia. La Salle Morelia, tanto la universidad como el bachillerato atendieron las comunidades de: Coenembo, El Pozo, La Noria, Atzimbo, Granjenos y Patambicho; con más de una veintena de misioneros y con el apoyo del Seminario de Morelia estas comunidades compartieron la fe bajo el carisma y la espiritualidad del Señor De La Salle. Por otro lado, la comunidad educativa piedadense del Colegio Vasco de Quiroga con poco más de treinta misioneros y el apoyo del Seminario de Irapuato y Tacámbaro respectivamente, atendieron las comunidades: Los Corrales, El Jagüey, Santa Cruz, Nuevo Rodeo, Las Cuevas, Sanabria, Ichupio, Tarerio y Ucasanastacua. Todos bajo la guía y tutela espiritual del párroco Pbro. Raúl Morales Tapia quien es el responsable de esta porción de la Iglesia.

Del sábado 24 de marzo al domingo 1 de abril los más de 50 misioneros unidos bajo la espiritualidad y el carisma lasallista, compartieron la fe con las personas de las comunidades antes mencionadas. Ya desde el sábado por la tarde líderes, ministros y misioneros comenzaron a preparar la celebración litúrgica del Domingo de Ramos. En algunas comunidades se tuvo la presencia del sacerdote, en otras, el ministro fue el responsable de guiar ésta tan emblemática celebración. Durante la semana, de lunes a miércoles, los misioneros se encargaron de hacer el visiteo a las familias de la comunidad e impartir las catequesis que la Arquidiócesis propuso para esta ocasión. De Jueves a Domingo la acción misionera se concentró en la preparación de los oficios propios del Triduo Pascual.

En un ambiente cargado de fe, el Señor de La Vida, en su Providencia ha permitido que se diera esta maravillosa experiencia llena de peculiaridades, por un lado la unión histórica de dos comunidades lasallistas en el Estado bajo un fin común; y por el otro, la cooperación del espíritu de Iglesia de tres diócesis: Morelia, Irapuato y Tacámbaro.

La semilla ha sido sembrada, pidamos al dueño de la mies que siga enviando operarios generosos y dispuestos a seguir cuidando de la mies. Que cada vez más jóvenes se sientan interpelados ante las necesidades de los hermanos, y que haya más muestras vivas del compromiso misionero “ad gentes”.